Seguro Decenal para la Construcción

El seguro decenal, como su nombre indica, es una póliza que durante diez años protege y garantiza que los propietarios de viviendas recién construidas sean compensados por los daños materiales que sufra su edificio que se deban a la propia construcción (no motivadas, por ejemplo, por reformas posteriores) o que afecten a los elementos estructurales (los que mantienen en pie el edificio, como forjados, pilares, muros de carga y vigas), siempre y cuando estos deterioros comprometan la solidez y la estabilidad de la vivienda. No basta, por tanto, con que haya daños en una viga, por ejemplo, sino que este desperfecto pueda suponer un riesgo real de desplome total o parcial del edificio. Este seguro garantiza, por tanto, la seguridad de los habitantes de las viviendas frente a los daños que tengan su origen en errores a la hora de construir la estructura o en problemas de asentamiento del suelo, que inciden en la cimentación, pero no de los daños producidos por el deterioro de las casas debido al paso del tiempo y su uso.
COBERTURAS
La garantía básica mínima que contempla el seguro decenal es la de daños estructurales. Esto significa que se indemniza a los compradores de las viviendas o se les reparan los daños materiales por desperfectos o vicios de origen, cuando se estaba construyendo el edificio (por el asentamiento del terreno, en los forjados, las vigas, mal estado de los pilares…) durante un plazo de diez años. Existe la posibilidad de contratar una garantía más amplía para hacer que esta cobertura dure más tiempo. A esta cobertura mínima se pueden incluir otras opcionales, según el nivel de protección que quiera tener el promotor, como impermeabilización de fachadas y cubiertas, estanqueidad de sótanos o protección de bienes preexistentes (que formen parte de la obra original) en caso de reforma. Hay que tener claro que este seguro solo responde cuando es la estructura la que se ve comprometida y actúa únicamente sobre esta. Teniendo en cuenta este aspecto, vamos a enumerar algunos aspectos que no quedan cubiertos por el seguro decenal:Daños del propietario en el interior de su casa ni de terceras personas. Daños en los bienes personales dentro de la vivienda. Pérdida del alquiler o la imposibilidad de habitar la vivienda. Desperfectos por reformas u obras ejecutadas en el inmueble después de su compra. Perjuicios por un mal uso o escasa conservación y mantenimiento adecuados del inmueble. El importe destinado a la conservación y mantenimiento del inmueble desde su venta. Desperfectos por una explosión o un incendio, a no ser que se compruebe que se hayan producido por defectos en la ejecución inicial de la obra. Siniestros originados en partes de la obra sobre las que haya reservas, es decir problemas detectados que deben ser subsanados."
PORQUÉ ESTE SEGURO
Este seguro aporta tranquilidad para afrontar cualquier gasto en caso de que existan daños en la estructura del edificio, pues es la aseguradora la que asume la indemnización a los nuevos propietarios o de las obras de reparación. Para los compradores supone, por tanto, una auténtica garantía durante diez años ya que en caso de que la vivienda que han comprado tenga defectos de construcción o los materiales no sean de la calidad acordada, se les va a compensar sin coste alguno para ellos. Además, simplifica la resolución de siniestros sin entrar en largos procesos judiciales de definición de responsabilidades entre quienes han participado en la construcción, toda vez que queda bien claro que el responsable es el promotor y responde de los daños a la edificación con su póliza. Y aunque los siniestros que cubre el seguro decenal no son muy frecuentes, sí son de mucha gravedad por lo que el coste de reparación de estos desperfectos puede suponer un gasto enorme para la constructora, por lo que esta póliza es de vital importancia para el promotor. Otra de las grandes ventajas de este seguro es su precio ya que es reducido, no incrementando significativamente el coste de la obra (en torno al 0,55% del valor total en viviendas de edificio y 0,70% en casas unifamiliares). El capital asegurado debe comprender el 100% del coste final de la obra (que incluye el edificio y, en su caso, la urbanización) y el valor declarado por metro cuadrado no puede ser inferior a los 390 euros para una casa en un edificio, que se eleva a unos 420 euros en chalets adosados y 520 euros en chalets individuales. Con todo, el coste final del seguro no solo dependerá del tipo de vivienda, sino también de la fecha de la finalización de la obra, si tiene OTC, el valor de la construcción, su ubicación y las coberturas opcionales que se deseen incluir en póliza.